[Este texto está extraído de mi próximo libro, “Las Siete Leyes del Inconsciente”]
– “¿Por qué me pasa lo que me pasa?”
– “¿por qué acabo siempre haciendo lo que no quiero hacer?”
– “Por qué no consigo hacer lo que me propongo?”
– “¿Por qué todo lo que no quiero que le pase a nadie, me pasa a mí?”
Son preguntas que puedes haberte hecho ante la evidencia de que, una y otra vez, te pasan cosas en la vida que no consigues entender, y a las que no es fácil poner remedio.
La respuesta a estos misterios está dentro de ti. De hecho, lleva dentro de ti unos diez millones de años. Cada uno de nosotros lleva dentro de sí la herencia de comportamientos de supervivencia que han venido funcionando más o menos eficazmente hasta hoy. Bueno, para ser exactos, hasta hace aproximadamente unos cien años.
Ese mono interior, acostumbrado a poner en marcha una serie de estrategias probadas de sobra en la Naturaleza, está hoy absolutamente perplejo. Cuando hace cien mil años se enfurecía ante la presencia de un depredador que lo acorralaba impidiéndole huir de su ataque, sus probabilidades de sobrevivir aumentaban. Sin embargo, cuando hoy hace que te “enfurezcas” en mitad de un atasco de tráfico del que “no puedes escapar” (una situación totalmente equivalente para él a la del depredador), tus probabilidades de sobrevivir no aumentan. De hecho, como no puedes dar salida a tu ira destrozando al conductor de delante –no estaría bien-, ese malestar visceral queda en tu interior. Y tu cuerpo lleva la cuenta. Eso, en la vida en medio de la Naturaleza, no pasaba.
Para cada una de las situaciones “modernas” de “peligro” por las que pasas cada día, tu mono perplejo identifica instintivamente una situación arcaica que le es conocida. Y, si le dejas a su criterio, pondrá en marcha la mejor estrategia arcaica que conozca. Sea o no adecuada a la vida actual. Eso le da igual.
Podrías pensar entonces que ese mono interior es molesto; que sería mejor que no estuviera; que hoy en día ya no hace falta que esté ahí. Cuando es todo lo contrario. Menos mal que está.
Entonces, podrías pensar que la solución está en ignorarlo, o en castigarlo.
Cuando es todo lo contrario. Un mono asustado tomará el control de ti y de tu vida.
¿Cuál es la solución? Entenderle. Comprender cómo piensa, cómo siente y cómo actúa.
¿¿¿Cómo??? ¿Cómo puedo hacer eso?
Lo veremos en nuestra próxima conversación. Un adelanto: es muy, muy fácil.